El flamenco es un
género español de música y danza que se originó en Andalucía en el siglo XVIII,
que tiene como base la música y la danza andaluza y en cuya creación y
desarrollo tuvieron un papel fundamental los andaluces de etnia gitana. Aunque
a través de su historia, el flamenco ha tenido una evolución que lo ha llevado
a mezclarse con otros ritmos y tendencias musicales, el flamenco llamado puro,
el cante jondo, sigue teniendo cabida en la actualidad, con artistas como La Paquera de Jerez,
considerada por muchos la reina de las bulerías, Alonso Núñez Núñez, más conocido como “Rancapino” ó José Menese, entre muchos otros.
El cante, el toque y el baile son las principales facetas del flamenco.
A partir de los años cincuenta, el
flamenco inicia una nueva etapa de dignificación y de justa acogida entre los aficionados al
flamenco. Comienza la rehabilitación de los cantes fundamentales y el interés
por el estudio y la historia de este arte singular.
En 1955, publica
Anselmo González Climent
su Flamencología, obra que logró que, en el 1956, Córdoba celebrara
su Primer Concurso Nacional de Cante.
En los años
sesenta, los escritores Juan de la Plata, Manuel Pérez Celdrán y Manuel Ríos Ruiz
fundan la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, que
organizará concursos nacionales de arte flamenco.
A Antonio
Mairena (1909-1983) se debe el rescate y la restauración de muchos cantes
olvidados. Dominó casi todas las modalidades del cante. Puso especial interés
en reunir los fragmentarios cantes olvidados o en vía de desaparición. Le
preocupaba que los artistas que vinieran detrás de él le pudieran reprochar que
hubiera hecho algo en el cante que no estaba dentro de los cánones. Mairena fue
el último y más completo depositario del legado gitano-andaluz. Antonio Mairena
es la figura que cierra los dos primeros siglos de la historia del cante
flamenco. Acumuló en su arte la esencia toda de la tradición auténtica
flamenca. En una época en la que el flamenco era despreciado y desconocido,
Mairena permaneció fiel a la tradición del cante. A él se debe más que a nadie
la salvación del flamenco en el siglo XX.
«Desde Mairena, el
mundo expresiones flamenco despliega de
nuevo toda su potencia en la pequeña reunión y el breve escenario, sin
micrófono, sin coacciones, ni reflectores, sin normas ordenadoras de
espectáculo teatral. Ha vuelto la mirada hacia las raíces, para tratar de
recrear de nuevo el ambiente que lo caracterizaba en el pasado».
Manolo Caracol (1909-1973)
fue una de las grandes figuras del cante flamenco en la postguerra. Caracol es
el último gran intérprete de la tradición flamenca. Fue el primero en grabar
para la posteridad en la marca Hispavox una Antología del Cante Flamenco en el 1957.
Contribuyó a rehabilitar el cante flamenco-jondo.
Con la fundación de
la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera y el nacimiento
de la Flamencología en los años sesenta, se organizaron concursos
nacionales que fueron descubriendo grandes talentos del cante.
En la última mitad
del siglo XX, se puede señalar un creciente interés intelectual por el
flamenco.
«El Cante ha
prosperado. Movidos por el estímulo del propio ambiente, los cantaores han
rebuscado y difundido modalidades y especies flamencas que vegetaban a punto de
extinguirse. Hoy se canta casi
todo el repertorio flamenco, incluso formas que se creían perdidas para siempre.»